jueves, 16 de diciembre de 2010

Encapuchado

José Bustos B.

"Reconocí a bastante gente.

Muchos de ellos murieron

y soy responsable de la muerte de ellos,

por el solo hecho de haberlos reconocido

y haberlos acusado de ser mis antiguos compañeros"

(Declaración en la Vicaría de la Solidaridad
de Juan Muñoz Alarcón,"El Encapuchado del Estadio",
encontrado muerto el 23 de octubre de 1977)



-Ahora vai a terminar huevoncito. Se te cayó el caset y parece que estai muy amigo de los curas, ah?-

-Parece que este traidor está con cargo de conciencia y se puso a gritar sin que le apretaran el cogote-


Era octubre y una brisa suave arremolinaba la silueta de los árboles.

Seguramente se había desmayado sin percatarse de todo el procedimiento que vino después de la sesión de tortura.

Se encontraba tirado con las manos atadas, sin sentir el cuerpo, con la cara caliente e hinchada. Así, escuchaba la voz de aquellos que conocía bien. Lo entrenaron en el "arte" de hacer hablar a los detenidos, y hasta lo cuidaron en su momento como una mascota, alimentándole y brindándole seguridad.

Ahora literalmente estaba "mordiendo el polvo" por no haber podido contener el paso de los años y los recuerdos. Ahora la avalancha de rostros que había delatado en el Estadio lo apuntaba a él con el dedo.

-Anda despidiéndote sin chistar- le dijo el sujeto mientras nuevamente le ponía la capucha.

Otros colaboraron con una lluvia de cuchilladas y la sangre le comenzó a brotar como sudor del cuerpo.

Luego vino el tiro de gracia, el sonido de unas pisadas alejándose, y el eléctrico canto de los grillos.

sábado, 14 de agosto de 2010

Oda a la Piscola


José Bustos B.

Oh..brebaje secular...
acuñado por el azar de siglos de inventiva criolla
Eres mestizaje perfecto
entre el imperialismo yanqui
y la sabiduría milenaria de los Andes

Acompañas los jolgorios populares
y te subes a la cabeza como un relámpago
recordándonos a martillazos
lo letal que son los excesos.

jueves, 8 de abril de 2010

Sinead y la carta de Benedicto XVI

Marisol Garcia (http://www.elmostrador.cl/)

Siente uno una nostalgia eterna de la época de gloria de Sinéad O’Connor. Se extraña el inesperado remezón que, desde lo que parecía iba a ser una proyección pop convencional para una chica linda con buena voz, produjo una de las últimas cantantes europeas con ganas de combinar su talento con su rabia. El tiempo la alejaría a ella de las radios –su discografía de los últimos años es dispareja, pero no descartable– y a nosotros de la capacidad de asombro en torno a los escándalos eclesiásticos.

En esta reciente columna para The Washington Post, recién traducida en El País (“Una variante brutal del catolicismo“), Sinead vuelve sobre uno de los temas que más ha elaborado en entrevistas y canciones: los maltratos educativos que atestiguó durante su infancia en Dublín y la escasa representatividad que encuentran los católicos en El Vaticano. Según la cantante, la reciente carta de disculpas de Benedicto XVI «es un insulto no sólo a nuestra inteligencia, sino a nuestra fe y a nuestro país».

«En su texto, Benedicto da la impresión de que se ha enterado hace poco de los abusos y se presenta como una víctima más: “No tengo más remedio que compartir la desolación y la sensación de traición que habéis experimentado tantos de vosotros al saber de estos actos pecaminosos y criminales y de cómo se ocuparon de ellos las autoridades eclesiásticas en Irlanda”. Sin embargo, la carta de infausta memoria que envió Benedicto en 2001 a los obispos de todo el mundo les ordenaba guardar secreto sobre las acusaciones de abusos sexuales so pena de excomunión, es decir, actualizaba una perniciosa política de la Iglesia, expresada en un documento de 1962, que establecía que tanto los sacerdotes acusados de delitos sexuales como sus víctimas debían “observar el más estricto secreto” y “atenerse a un silencio eterno”.

[...] Hace casi 18 años, rompí una fotografía del papa Juan Pablo II en un episodio de Saturday Night Live. Muchos no entendieron la protesta; la semana siguiente, el presentador invitado del programa, el actor Joe Pesci, dijo que, si hubiera estado presente, me “habría dado una bofetada”. Yo sabía que mi acción iba a causar problemas, pero quería provocar un debate necesario; ese es uno de los ingredientes de ser artista. Lo único que lamenté fue que la gente pensara que no creía en Dios. No es verdad, en absoluto. Soy católica de nacimiento y cultura, y sería la primera en presentarme a la puerta de la iglesia si el Vaticano ofreciera una reconciliación sincera.

Mientras Irlanda soporta la ofensiva carta con la que Roma pide perdón y un obispo irlandés dimite, pido a los estadounidenses que comprendan por qué una mujer católica irlandesa que sobrevivió a los malos tratos de niña pudo querer romper la foto del Papa. Y que piensen si a los católicos irlandeses, por no atrevernos a decir “merecemos algo mejor”, se nos debe tratar como si mereciéramos algo peor».

Consumo precoz

frei Betto



Según las estadísticas, el perfil preponderante del joven brasileño de hoy es, al contrario de mi generación, conservador, individualista, distante de aquellos que, a mediados del siglo 20, querían cambiar el mundo.


Ahora el joven se muestra más preocupado por tener un buen empleo que por motivaciones ideológicas; menos propenso a riesgos y más apegado a la familia. La relación con la sociedad es más virtual que real: encerrado en su cuarto, no necesita rezar "vengan todos a mi reino", pues todo le llega a través del teléfono, de la televisión, de Internet, del MP3.


La cultura consumista nos ofrece a todos, en cáliz dorado, el elixir de la eterna juventud. Los jóvenes no quieren dejar de ser jóvenes; los adultos y ancianos se empeñan en imitar a los jóvenes. Y el principal factor de afirmación es la autoimagen, la valoración de la estética.


El joven actual no quiere arriesgarse; lo que anhela es experimentar. Ante la falta de motivación religiosa, experiencia espiritual e ideología altruista, tiende a buscar en la bebida y en la droga la alteración de su estado de consciencia. Sin eso no se siente suficientemente relajado, locuaz, divertido y osado.


Es obvio que los medios de comunicación dictan patrones de comportamiento, hábitos de consumo y paradigmas ideológicos. La diferencia es que todo eso le llega al joven de tal forma envuelto en papel brillante y atado con cinta de colores que no percibe lo vulnerable que es a la dictadura del consumismo.


En el Brasil la ingesta de licores está legalmente prohibida a los menores de 18 años (en los Estados Unidos 21 años). Pero la fiscalización funciona mal y el Estado permite la publicidad de cerveza a cualquier hora en radio y televisión -concesiones públicas- y el estímulo al consumo precoz. Incluso la utilización publicitaria de personas famosas de las áreas de entretenimiento, artes y deportes, para suscitar en los niños y jóvenes reacciones miméticas de consumo de alcohol.


Datos del Centro Brasileño de Informaciones sobre Drogas Psicotrópicas (Cebrid) informan que el 42% de los niños brasileños con edades entre 10 y 12 años ya consumieron alguna bebida alcohólica, y que el 10% de los jóvenes de entre 12 y 17 años pueden ser clasificados como dependientes del alcohol.


Los adolescentes creen que una copa de ron no implica riesgo para la salud. Quizás. El problema es que, al reunirse en un bar, él bebe ocho o diez. O pide el más barato, en el doble sentido de la palabra -costo y efecto: una garrafa de aguardiente o de vodka cuesta menos que una ronda de ron y provoca rápidamente "un viaje"…


¿El Ministerio de Salud ya calculó cuánto le cuesta el alcoholismo a las arcas públicas? ¿Cuánto gasta el INSS con los alcohólicos impedidos de trabajar por culpa de la dependencia? ¿De qué sirven las campañas de prevención si atletas de renombre hacen propaganda de bebidas alcohólicas?


La publicidad de bebidas destiladas -aguardiente, güisqui, vodka- obedece a la restricción de horarios, regulados por la ley 9.294/1996. Entre las 6 y las 21 horas está prohibida la publicidad de dichas bebidas, a pesar de que muchas radios burlen la prohibición. La cerveza, que aporta el 70% de todo el alcohol ingerido en el Brasil, no entra en la reglamentación. Y es por ella por la que muchos jóvenes ingresan en la dependencia química.


Para la ley 9.294 bebida alcohólica es la que tiene más de 13 grados en la escala de Gay-Lussac. El Congreso Nacional lo determinó así presionado por los productores de cerveza y de vino. Sin embargo normas internacionales consideran que es alcohólica toda bebida con 0.5º GL o superior.


Todas las demás leyes del Brasil -de tránsito, de fabricación, etc.- consideran alcohólica toda bebida con más del 0.5 GL. La cerveza tiene cerca de 4.8º GL. Verifique con una lupa el rótulo de una cerveza que diga "sin alcohol". Con excepción de una marca, las demás tienen 0.5 GL, o sea hacen, con respaldo en la ley, una propaganda engañosa. De ese modo, los padres descuidados dejan que los niños tomen cerveza "sin alcohol", y alcohólicos en tratamiento son víctimas del mismo engaño.


El Código de Autorregulación del Conar (Consejo de Autorregulación Publicitaria) advierte que los comerciales de cervezas no deben ser atractivos para el público joven. Pero lo que se mira es lo contrario. Los espacios publicitarios emanan jovialidad, buen humor, espíritu de tribu, lenguaje propio de jóvenes, sin que haya ningún control.


Ya vienen la Copa del Mundo de Fútbol y las Olimpiadas. Si quedara libre el derecho de asociar deportistas con bebidas alcohólicas, la Ley Seca, con toda seguridad, va a quedar en nada…


En muchos países, como en Canadá, hay reglamentación sobre la bebida alcohólica, a fin de proteger al público infantil. Y por eso no venden bebidas alcohólicas en supermercados, tiendas, panaderías y pulperías. Sólo se permite en bares y restaurantes.


El Free Jazz, un festival de música, fue cancelado por estar patrocinado por una marca de cigarrillos. Pero el más elegante camarote del sambódromo(*) exige que se vista la camisa de una productora de cerveza. No existe el aviso de "Si fuma no maneje". Pero en el caso de la bebida…


El argumento de que regular la publicidad es censura o cortapisa a la libertad de expresión es mero terrorismo consumista centrado en anteponer intereses privados al interés público, como es el caso de la protección de la salud de la población, en especial de nuestros niños y adolescentes.

viernes, 19 de marzo de 2010

Monologo del padre con su hijo de meses


Enrique Lihn

Nada se pierde con vivir, ensaya:
aquí tienes un cuerpo a tu medida
Lo hemos hecho en sombra
por amor a las artes de la carne
pero también en serio, pensando en tu visita
como en un nuevo juego gozoso y doloroso;
por amor a la vida, por temor a la muerte
y a la vida, por amor a la muerte
para ti o para nadie.

Eres tu cuerpo, tómalo, haznos ver que te gusta
como a nosotros este doble regalo
que te hemos hecho y que nos hemos hecho.

Cierto, tan sólo un poco
del vergonzante barro original,
la angustia y el placer en un grito de impotencia.
Ni de lejos un pájaro que se abre en la belleza
del huevo, a plena luz, ligero y jubiloso,
sólo un hombre: la fiera
vieja del nacimiento, vencida por las moscas,
babeante y rebosante.

Pero vive y verás
el monstruo que eres con benevolencia
abrir un ojo y otro así de grandes,
encasquetarse el cielo,
mirarlo todo como por adentro,
preguntarle a las cosas por sus nombres
reír con lo que ríe, llorar con lo que llora,
tiranizar a gatos y conejos.

Nada se pierde con vivir, tenemos
todo el tiempo del tiempo por delante
para ser el vacío que somos en el fondo.
Y la niñez, escucha:
no hay loco más feliz que un niño cuerdo
ni acierta el sabio como un niño loco.

Todo lo que vivimos lo vivimos
ya a los diez años más intesamente;
los deseos entonces
se dormían los unos en los otros.
Venía el sueño a cada instante, el sueño
que restablece en todo el perfecto desorden
a rescatarte de tu cuerpo y tu alma;
allí en ese castillo movedizo
eras el rey, la reina, tus secuaces,
el bufón que se ríe de sí mismo,
los pájaros, las fieras melodiosos.

Para hacer el amor allí estaba tu madre
y el amor era el beso de otro mundo en la frente,
con que se reanima a los enfermos,
una lectura a media voz, la nostalgia
de nadie y nada que nos da la música.

Pero pasan los años por los años
y he aquí que eres ya un adolescente.
Bajas del monte como Zaratustra
a luchar por el hombre contra el hombre:
grave misión que nadie te encomienda;
en tu familia inspiras desconfianza,
hablas de Dios en un tono sarcástico,
llegas a casa al otro día, muerto.

Se dice que enamoras a una vieja,
te han visto dando saltos en el aire,
prolongas tus estudios con estudios
de los que se resiente tu cabeza.

No hay alegría que te alegre tanto
como caer de golpe en la tristeza
ni dolor que te duela tan a fondo
como el placer de vivir sin objeto.

Grave edad, hay algunos que se matan
porque no pueden soportar la muerte,
quienes se entregan a una causa injusta
en su sed sanguinaria de justicia.

Los que más bajo caen son los grandes,
a los pequeños les perdemos el rumbo.

En el amor se traicionan todos,
el amor es el padre de sus vicios.

Si una mujer se enternece contigo
le exigirás te siga hasta la tumba,
que abandone en el acto a sus parientes,
que instale en otra parte su negocio.

Pero llega el momento fatalmente
en que tu juventud te da la espalda
y por primera vez su rostro inolvidable en tanto huye de ti que la persigues
a salto de ojo,inmóvil, en una silla negra.

Ha llegado el momento de hacer algo
parece que te dice todo el mundo
y tu dices que sí, con la cabeza.

En plena decadencia metafísica
caminas ahora con una libretita de direcciones en la mano,
impecablemente vestido, con la modestia de un hombre joven que se abre paso en la vida,
dispuesto a todo.

El esquema que te hiciste de las cosas hace aire y se hunde en el cielo dejándolas a todas en su sitio.

De un tiempo a esta parte te mueves entre ellas como un pez en el agua.
Vives de lo que ganas, ganas lo que mereces, mereces lo que vives,
has entrado en vereda con tu cruz a la espalda.

Hay que felicitarte:
eres, por fin, un hombre entre los hombres.

Y así llegas a viejo
como quien vuelve a su país de origen
después de un viaje interminable
corto de revivir, largo de relatar,
te espera en tí la muerte, tu esqueleto
con los brazos abiertos, pero tu la rechazas
por un instante, quieres
mirarte larga y sucesivamente
en el espejo que se pone opaco.

Apoyado en lejanos transeúntes
vas y vienes de negro, al trote, conversando
contigo mismo a gritos, como un pájaro.

No hay tiempo que perder, eres el último
de tu generación en apagar el sol
y convertirte en polvo.

No hay tiempo que perder en este mundo
embellecido por su fin tan próximo.

Se te ve en todas parte dando vueltas
en torno a cualquier cosa como en éxtasis.

De tus salidas a la calle vuelves
con los bolsillos llenos de tesoros absurdos:
guijarros, florecillas.

Hasta que un día ya no puedes luchar
a muerte con la muerte y te entregas a ella,
a un sueño sin salida, más blanco cada vez,
sonriendo, sollozando como un niño de pecho.

Nada se pierde con vivir, ensaya:
aquí tienes un cuerpo a tu medida,
lo hemos hecho en la sombra
por amor a las artes de la carne
pero también en serio, pensando en tu visita
para ti o para nadie

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Terremoto y los saqueadores de almas


José Bustos B.


Resulta redundante hablar de la catástrofe que ha conmocionado nuestro territorio. Las imágenes, testimonios, fotografías son elocuentes y sólo admiten expresiones de asombro y espanto. Es la condición y ubicación geográfica de este Chile que cuelga del continente y del planeta y que intenta ser una nación o un pueblo a pesar de nosotros sus habitantes y de sus supuestos defensores.

El Chile de una geografía loca, que se empina desértica y finaliza deshilachándose en un puñado de islas, vino a mostrarnos la precariedad de nuestros esfuerzos y la magnificencia de una naturaleza que en sus acomodos evolutivos se sacude de sus habitantes como si fuera un perro plagado de pulgas. La natura hace su parte y nosotros, en el transcurso de la catástrofe, procuramos evitar ser aplastados por alguna construcción vieja o una nueva pero construida con poco esmero y conciencia ética.

Luego del remezón y posterior tsunami la desolación es evidente. Se han hecho esfuerzos por restablecer las comunicaciones, acudir en ayuda de los más afectados, recuperar los cuerpos de los compatriotas que yacen en los bordes marinos, en los ríos o bajo los escombros de un edificio. Los medios de comunicación informan, prestando una gran ayuda social, pero al mismo tiempo compiten por el “rating” con las imágenes más crudas y los testimonios desgarradores de las víctimas.

La cara más oscura y fantasmagórica es aportada por las turbas de saqueadores –reales e imaginarios- que han decidido cobrar la oportunidad que les ha regalado de naturaleza para salir a sembrar el pánico entre la población desvalida. No hablo solamente de los saqueadores que están compuestos por seres humanos marginales que han debido morder históricamente sus miserias en la periferia de nuestras ciudades. Hablo tambien de aquellos saqueadores de cuello y corbata que empecinados en recolectar algunos pesos de más han optado por vender la ilusión de la casa propia o el tan anhelado departamento a un precio que a la postre a sido cobrado con vidas humanas inocentes. Ellos son mercaderes de sus propias almas!!!

Los especuladores de la bolsa aun no han dicho su ultima palabra pero se menifestarán. Es triste constatar que en sectores populares los pequeños comerciantes han querido sacar su tajada del desastre llegando a cobrar hasta $ 2000 por un kilo de pan.


Los caprichos de la naturaleza y las fragilidades de nuestra propia naturaleza (ontológica) han situado a los más desprotegidos y honestos entre la espada y la pared, obligándolos a sacar las garras para ponerse a la altura de las circunstancias. En algunos casos las catástrofes se empecinan en sacar lo más oscuro de los seres humanos.

Sin embargo, pese a las adversas condiciones alentadas por el nuevo “status” del que alardeamos como nación a las puertas del tan anhelado desarrollo económico, en lo personal no pierdo las esperanzas de que podamos construir entre todos (o con los que quieran) una patria verdaderamente buena. Un anhelado espacio en el que pese a las dificultades podamos mirarnos a la cara sin intentar sacarnos mutuamente provecho, un espacio en el que podamos manifestarnos gratuitamente nuestros afectos y en el que podamos compartir equitativamente del fruto de nuestros esfuerzos.
Las dramáticas instancias a las que nos hemos visto enfrentados en estos días pueden inundarnos de decepción por el egoísmo y la ambición (que espero sea de unos pocos) de quienes a corto y largo plazo han prentendido sacar provecho de los anhelos humanos y de la desgracia ajena ( que a estas alturas es de todos).

Creo sin embargo que como primera medida (aun estamos y estaremos a tiempo de hacerlo) para quienes todavía tengan confianza en la calidad humana de este pueblo, al mismo tiempo que debemos preocuparnos de combatir y denunciar a quienes quieran sacar provecho de esta situación tan difícil, debemos evitar caer en el juego de aquellos que poco a poco se han empecinado en “saquearnos el alma” hasta dejarnos transformados en autómatas insensibles y hedonistas. El Chile que definitivamente no me gusta.



miércoles, 10 de febrero de 2010

DECIMAS


Elizabeth Morris

De nuevo perdí la ruta
navego por los desiertos
camino por mares muertos
la noche entera se enluta
El sol se metió en su gruta
los mares se hunden mojados
yo soy un nervio de atados
un llanto largo y profundo
No sé por qué me confundo
con tus amores cansados

De noche muestra la luna
su rostro alumbrado y triste
el cielo al fin se desviste
la muerte mece su cuna
Que al fin la mala fortuna
se vaya a dormir un rato
se quite traje y zapatos
se olvide de mi existencia
Que yo frente a su sentencia
declaro mi desacato

La vida es viaje fecundo
si hay puentes hacia los otros
Volaste el que había en nosotros,
te fuiste por esos mundos
El frío cayó rotundo
Tu olvido mostró los dientes
No sabes cómo se siente
temer este miedo mudo
Pasado el sueño a futuro
no sé vivir el presente

miércoles, 3 de febrero de 2010

HERMANOS

José Bustos B.

-Usted no sabe lo que sabe- le dijo el profesor de la comisión. Ella, sin entender mucho lo que significaban esas palabras, estaba aterrorizada tratando de juntar las letras y de librarse de las lecciones aprendidas de memoria en el viejo Silabario Hispanoamericano. -Es que las letras son diferentes- le reclamó al profesor, mientras éste la miraba impaciente esperando que comenzara a leer.

De pie, frente al curso, Elena estaba rindiendo su examen ante la comisión para pasar a tercer año básico y no había leído nunca otro libro que no fuera el silabario, sus lecciones e historias. Sus compañeros la miraban atentos, algunos también aterrados porque esa situación debía ser enfrentada por todos y cada uno de los alumnos. Otros, los menos, sonreían porque se sentían seguros que pasarían la prueba y entrarían al tercer año. Entre los que sonreían estaba el hermano de Elena, Roberto, el siempre fue más despierto que Elena -al menos eso decían siempre los papás-, aunque ella era tres minutos mayor que él.

Elena se tomó su tiempo, miró a su hermano que continuaba observándola sonriente, comenzó a identificar las letras y a juntarlas, al mismo tiempo que iba leyendo como por "arte de magia". El cuento se llamaba "el ratón agudo" y Elena lo fue pronunciando claramente, respetando comas, puntos seguido y aparte. Al finalizar el profesor la felicitó jalándole cariñosamente una de sus trenzas.

Cada uno de los niños fue levantándose y leyendo el cuento que el profesor les indicaba, algunos leían entrecortadamente, otros lo hacían con rapidez pero sin respetar las puntuaciones, algunos, más nerviosos, tartamudeaban y las palabras demoraban en salir enteras. Así fueron siendo evaluados cada uno de los niños.

Le tocaba el turno al hermano el Elena. El, se puso de pie y el profesor le indicó el cuento que debía leer. Antes de comenzar, Roberto miró a sus compañeros de curso entre los que estaba su hermana, que con cara de relajo lo observaba con curiosidad. Este se quedó mirándola fijamente, desconcentrado, sin poder hilar una sola palabra, temblando, mientras el tiempo transcurría insoportable. Definitivamente el temor no le dejo leer una sola palabra. El profesor se le acercó intentando explicarle y ayudarlo en el desafío, pero el niño no pudo leer.

Roberto se sentó desconsolado y mirando nuevamente a su hermana se echó a llorar sobre su banco, mientras todos lo contemplaban en silencio sin saber que decir. Así, pasaron algunos minutos.

Roberto, con el rostro cubierto, sintió una mano pequeña en su espalda y una voz conocida que le murmuraba: -no tengas pena, desde ahora vamos a estudiar juntos-. Era Elena que se había acercado a consolarlo.