jueves, 24 de enero de 2008

Parra al borde del sucidio

José Bustos Barra

Este artículo fue publicado en septiembre de 2006 en http://www.telenoticias.cl/ . Es un breve comentario sobre la exposición de Nicanor Parra "Obras Públicas".

Sin ser crítico de arte, me permitiré dar algunas opiniones sobre lo que provoca la obra de Nicanor Parra en el espectador (o sea en mí).

Detrás de la ironía y de esa colección de aparentes "chistes" que están presentados en la exposición "Obras Públicas", que ha sido instalada en el Centro Cultural Palacio La Moneda desde hace algunos días, hay una voz latente y a punto de estallar, que precisamente posterga su erupción porque tiene la posibilidad a través de estos "artefactos" de exorcizar la caldera ardiendo que habita en el interior del hombre y la mujer modernos (o posmodernos). La ironía de Parra resulta vital y es claramente un último recurso para encontrar sentido a la existencia antes de preparar el revólver y disponerse a esperar un disparo en plena sien derecha (los suicidios son siempre hechos desde la derecha).

El Antipoeta, relegado a voluntad en el balneario de Las Cruces, subido en una ola (descendiendo y ascendiendo vertiginosamente) observa con su catalejo planetario como los simples mortales tratan de hacer malabares para no irse a pique. Viendo este triste espectáculo, decide salir de su reclusión semiconventual cargado con sus cachureos, como si fuera el viejo pascuero.

Dicen que en el camino dejo varios muertos, o más bien una muerta, Morgana Rodríguez, y una Ministra de Cultura histérica que debió utilizar todos sus recursos histriónicos para disimular y esconder el hacha censuradora ante la expectación de las cámaras. Parra siempre ha provocado disenso, desde cuando apoyaba a la Revolución Cubana y luego se le ocurrió ir a tomarse un tecito con la señora Nixon.

Ahora exhibe a todos los Presidentes (incluso los autoproclamados) colgándolos de una cuerda, a manera de cortina con olor a naftalina (me salió verso). "El Pago de Chile" es la fantasía de todo chileno históricamente informado o la encarnación de un sueño edípico de un pueblo que siempre ha querido eliminar a sus "padres". Hubiese sido bonito ver un par de presidentes gringos colgando de sus partes intimas a lado del "Pago de Chile", al fin y al cabo varios de ellos también se han comportado como si fueran nuestros "papitos".

Nicanor Parra integrante de una de las familias más ilustres e incomprendidas de Chile, nos ha ayudado a que los santiaguinos guardemos nuestras espadas cotidianas y que nos animemos a relativizar los preceptos más serios. Esta exposición viene a decirnos que pospongamos nuestro intento de suicidio y nos dediquemos un poquito a reírnos. Mientras tanto, el Antipoeta volverá a Las Cruces, decidido a inmolarse por nosotros. Suicidándose….!!! Pero de viejito…