jueves, 21 de febrero de 2008

Cuba: La renuncia de Fidel



Frei Betto
es fraile dominico y escritor.

Fidel Castro, 81, renunció a sus funciones de presidente del Consejo de Estado de Cuba y Comandante en jefe de la Revolución. Entregado a los cuidados de su salud, prefiere mantenerse fuera de las actividades de gobierno y participar del debate político - que siempre le encantó - através de sus artículos en los medios. Permanece, sin embargo, como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.

El próximo domingo, 24, Raúl Castro, 77, será elegido, por los nuevos diputados de la Asamblea Nacional, para ocupar las funciones de primer mandatario de Cuba.

Esta es la segunda vez que Fidel renuncia al poder. La primera ocurrió en julio de 1959, siete meses después de la victoria de la Revolución. Elegido primer ministro, entró en choque con el presidente Manuel Urrutia, que consideró radical las leyes revolucionarias, como la reforma agrária, promulgadas por el consejo de ministros. Para evitar un golpe de Estado, el líder cubano prefirió renunciar. El pueblo salió a las calles en su apoyo. Presionado por las manifestaciones, Urrutia no tuvo alternativa y debió dejar el poder. La presidencia fue ocupada por Osvaldo Dorticós y Fidel volvió a la función de primer ministro.

Estuve en Cuba en enero de este año, para participar del Encuentro Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, a la luz del 155º aniversário de nacimiento de José Martí, figura paradigmática del país. Retorné a mediados de febrero para otro evento internacional, el Congreso Universidad 2008, del cual participaron varios rectores de universidades brasileras.

En las dos ocasiones me encontre con Raúl Castro y otros ministros cubanos. Me reuní también con la direción de la FEU (Federación Estudantil Universitária); estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas; profesores de nível básico y medio; y educadores populares.

Se engaña quién imagina que la renuncia de Fidel es el comienzo del fin del socialismo en Cuba. No existe ningún sintoma de que sectores significativos de la sociedad cubana aspiren a la vuelta al capitalismo. Ni los obispos de la Igresia Católica. Exepción de unos pocos que, en nombre de los derechos humanos, no les importaría que el futuro de Cuba fuese equivalente al presente de Honduras, Guatemala o Nicarágua. Por otra parte, ninguno de los que se fueron del país prosiguió en la defensa de los derechos humanos al insertarse en el mundo encantado del consumismo...

Cuba no es ajena a los cambios. El proprio Raúl Castro desencadenó um proceso interno de críticas a la Revolución, através de las organizaciones de masa y de los sectores profesionales. Son más de 1 millón de sugerencias hasta ahora analizadas por el gobierno. Los cubanos saben que las dificultades son enormes, pues viven en una cuádruple isla: geográfica; única nación socialista de Occidente; huerfana de su alianza con la Unión Soviética; bloqueada hace más de 40 años por el gobierno de los EUA.

A pesar de todo eso, el país mereció elogios del papa Juan Pablo II por ocasión de su visita, en 1998. En el día IDH 2007 de la ONU, el Brasil conmemoró el hecho de figurar en el 70º lugar. Los primeros setenta países son considerados los mejores en calidad de vida. Cuba, donde nada se paga por el derecho universal a la salud y educación de calidad, figura en 51º lugar.

El país presenta una taza de alfabetización de 99,8%; cuenta con 70.594 médicos para una población de 11,2 millones (1 médico para 160 habitantes); índice de mortalidad infantil de 5,3 por cada 1.000 nacidos vivos (en los EUA son 7 y, en Brasil, 27); 800 mil diplomados en 67 universidades, en las cuales ingresan, por año, 606 mil estudiantes.

Hoy, Cuba mantiene médicos y profesores actuando en más de 100 países, incluído el Brasil, y promueve, en toda América Latina, la Operación Milagros, para curar gratuitamente enfermedades a los ojos, y la campaña de alfabetización "Yo sí puedo" , con resultados que convencieron al presidente Lula para adoptar el método en Brasil.

Habrá cambios en Cuba cuando cese el bloqueo de los EUA; cuando sean liberados los cinco cubanos presos injustamente en Florida por luchar contra el terrorismo; y si la base naval de Guantánamo, utilizada como cárcel clandestina - símbolo mundial de la falta de respeto a los derechos humanos y civiles - de supuestos terroristas sea devuelta.

No se espere, con esto, que Cuba arranque de las puertas de la Habana dos carteles que nos averguenzan a nosotros, latinoamericanos, que vivímos en islas de opulencia cercadas de miseria por todos lados: "Cada año, 80 mil niños mueren víctimas de enfermedades evitables. Ninguna de ellas es cubana". "Esta noche 200 millones de niños dormirán en las calles del mundo. Ninguna es cubana".

Traducción: José Bustos B.

sábado, 16 de febrero de 2008

Tengo un amigo Nazi

José Bustos Barra

Tengo un amigo Nazi, ustedes se sorprenderán pero es así. Más bien se fue volviendo nazi de tanto leer libros de filosofía nacional-socialista y de hacer dibujos de Hitler. Cada vez que lo veo lo saludo afectuosamente y hasta algunas veces nos hemos tomamos por ahí algunas cervezas.

Cuando eramos chicos jugabamos a la pelota, nos prestabamos las tareas, nos hacíamos gancho con las minas. Pero este cabro con el tiempo fue cambiando. Me acuerdo que un día llegó a mi casa despotricando contra los peruanos, que eran feos y que genéticamente los chilenos eran mejor dotados. Yo algunas veces por las noches me miraba empelota para ver mis "dotes"…pero la verdad no encontraba nada fuera de lo común. Otro día llegó alabando la labor de "exterminio marxista" realizada por el general Pinochet, eso si lo único que le encontraba "malo" a "mi general" era haber empezado a vender todos los recursos naturales de este país, "eso no es digno de un patriota", me comentaba convencido.

Un día se rapó la cabeza, se puso bototos y comenzó a perderse los días viernes y sábados por las noches. Empezó a juntarse con otros tipos parecidos e iguales a él, aunque siempre me saludaba atento cada vez que me veía.

Me cuesta reconocer que tengo un amigo nazi. La mayoría de las veces cuando nosjuntamos él es el que habla, más bien vocifera, su tema predilecto es hablar en contra de los homosexuales, las prostitutas, los hippies, los mapuche, los punks, etc. Cuando se cansa de hablar yo lo miro sonriente, levanto mi jarro shopero y hacemos un buen "salud"…Pero un día de estos voy a perder la paciencia y le voy a pegar un buen combo en el hocico a ese nazi chuchesumadre…Aunque después no quiera ser más mi amigo.