Por: José Bustos.
No hay ánimo nostálgico al tratar de hacer un balance de los acontecimientos políticos acaecidos luego del triunfo de la "opción No" en el plebiscito que el mismo Pinochet determinará y que se desarrolló dentro del marco de la espuria Constitución Política de 1980.
Ante el fracaso de la oposición por conseguir la renuncia de Pinochet en el llamado "Año decisivo" (1986) y el intento fallido del Frente Patriótico Manuel Rodríguez por ajusticiar al dictador en el camino al Cajón del Maipo ( 7 de septiembre de 1986); Pinochet fue imponiendo el ritmo de los acontecimientos y finalmente
El despliegue comunicacional de la campaña por el "No" provocó una catarsis colectiva; aquellos quienes habían estado tantos años marginados de los medios de comunicación de masas volvieron aparecer en la franja política televisiva y aquello gatilló una suerte de explosión colectiva que impidió una reflexión serena sobre lo que venía y las ambiciones de quienes se preparaban para gobernar "el nuevo Chile ".
De esta manera la derrota infringida a la dictadura el 5 de octubre de 1988 con el paso de los años ha ido revelando una cara menos triunfalista, rayana incluso en la decepción. La administración continuista de los consecutivos gobiernos de
La parafernalia publicitaria que evocaba la "alegría adveniente" ha ido destiñendo sus colores y hoy de manera cada vez más patente queda de manifiesto la ridícula mascarada de la cual han sido víctimas los mismos pobres y marginados de siempre.
Hoy los millones de chilenos que depositaron sus esperanzas en las propuestas "democrático-burguesas" de
El desengaño es evidente, sin embargo también es necesario destacar la cada vez más creciente conciencia de diversos actores sociales que decididamente han optado por ir generando alternativas políticas y de lucha social autogestionadas que han devuelto la dignidad a miles de chilenos y chilenas. La acción sostenida de socialización de las necesidades y aspiraciones del pueblo realizadas en su seno es garantía de continuidad de una lucha que no se detiene pese a la represión sistemática que los gobiernos de
La necesidad de resistir luchando al interior de los sectores populares abre nuevas posibilidades de retomar el camino por el cual muchos compañeros y compañeras entregaron su vida. Es en memoria de ellos y de su compromiso que deben ser renovadas permanentemente las energías de todos cuantos decidan sumarse a la construcción un Chile diferente.
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