martes, 9 de agosto de 2011

Hace casi ocho siglos ...



Dedicado a la Familia de Domingo de Guzmán.

José Bustos B.

De las entrañas de Domingo de Guzmán, hace casi ocho siglos, brotó un caudaloso río blanquinegro que en parte por capricho del tiempo y la geografía derivó en múltiples caminos.


Por esos derroteros se aventuraron navegantes, “pescadores de hombres” y aprendices de Caronte de la más heterogénea prosapia.


Cada hijo de su tiempo fue poblando la Orden de santos, literatos y rebeldes. Amantes del Evangelio, el vino y la misma Estrella; Stella Maris.


La gran travesía se fue haciendo de cara al Sol, aunque hubo tiempos de tiniebla y ardientes sentencias.


Mujeres y hombres esperaron en cada puerto la caravana de naos alimentada por un Viento Misterioso.


Para nuevas tierras, nuevas palabras y el brazo compasivo de un hombre para detener el látigo.


Siempre habrá días de letargo y combate. Días en que el blanco paño arderá de rojo por la sangre, y la Esperanza pasará de boca en boca como único pan cotidiano.


Casi ocho siglos han pasado y no existe tiempo ni confín cuando se explora el Misterio.


Habrá siempre otros mares y seguirá brotando de la promesa de Domingo el blanquinegro río que llama siempre por nuevos aventureros.

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