José Bustos B.
(a Violeta Parra)
Ese día caminó lentamente mirando la cordillera
fue acariciando todos los árboles que encontró a su paso
se acordó de sus hijos
los abrazó en el pensamiento
pellizcó la primera cuerda de su guitarra
y aquella nota se fue vibrando en el vuelo de unos pájaros
luego sacó su pañuelo
lo enarboló hacia el cielo
y al decir "adiós" el sonido de su voz se quebró en pedazos.
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