miércoles, 23 de diciembre de 2009

Certeza

José Bustos B.


Hace poco me hicieron una pregunta capciosa y yo respondí que tenía la certeza de que el centro del Universo era tu boca, y que mi corazón giraba entorno a ella como un aerolito. Ellos se rieron y me hablaron del "Giro Copernicano" y otras sandeces científicas. Yo los llamé "ignorantes" porque no supieron interpretar lo que siento.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Espejo de la Melancolìa




Alejandra Pizarnik
(de La Condesa Sangrienta)
¡Todo es espejo!- Octavio Paz





...vivía delante de su gran espejo sombrío, el famoso espejo cuyo modelo había diseñado ella misma... Tan confortable era que presentaba unos salientes en donde apoyar los brazos de manera de permanecer muchas horas frente a él sin fatigarse. Podemos conjeturar que habiendo creído diseñar un espejo, Erzsébet trazó los planos de su morada. Y ahora comprendemos por qué sólo la música más arrebatadoramente triste de su orquesta de gitanos o las riesgosas partidas de caza o el violento perfume de las hierbas mágicas en la cabaña de la hechicera o -sobre todo- los subsuelos anegados de sangre humana, pudieron alumbrar en los ojos de su perfecta cara algo a modo de mirada viviente. Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos. Y a propósito de espejos: nunca pudieron aclararse los rumores acerca de la homosexualidad de la condesa, ignorándose si se trataba de una tendencia inconsciente o si, por lo contrario, la aceptó con naturalidad, como un derecho más que le correspondía. En lo esencial, vivió sumida en su ámbito exclusivamente femenino. No hubo sino mujeres en sus noches de crímenes. Luego, algunos detalles, son obviamente reveladores: por ejemplo, en la sala de torturas, en los momentos de máxima tensión, solía introducir ella misma un cirio ardiente en el sexo de la víctima. También hay testimonios que dicen de una lujuria menos solitaria. Una sirvienta aseguró en el proceso que una aristocrática y misteriosa dama vestida de mancebo visitaba a la condesa. En una ocasión las descubrió juntas, torturando a una muchacha. Pero se ignora si compartían otros placeres que los sádicos.



Continúo con el tema del espejo. Si bien no se trata de explicar a esta siniestra figura, es preciso detenerse en el hecho de que padecía el mal del siglo XVI: la melancolía.



Un color invariable rige al melancólico: su interior es un espacio de color de luto; nada pasa allí, nadie pasa. Es una escena sin decorados donde el yo inerte es asistido por el yo que sufre por esa inercia. Éste quisiera liberar al prisionero, pero cualquier tentativa fracasa como hubiera fracasado Teseo si , además de ser él mismo, hubiese sido, también, el Minotauro; matarlo, entonces, habría exigido matarse. Pero hay remedios fugitivos: los placeres sexuales, por ejemplo, por un breve tiempo pueden borrar la silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica. Y más aún: hasta pueden iluminar ese recinto enlutado y transformarlo en una suerte de cajita de música con figuras de vivos y alegres colores que danzan y cantan deliciosamente. Luego, cuando se acabe la cuerda, habrá que retornar a la inmovilidad y al silencio. La cajita de música no es un medio de comparación gratuito. Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto. De allí que ese afuera contemplado desde el adentro melancólico resulte absurdo e irreal y constituya "la farsa que todos tenemos que representar". Pero por un instante -sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes.



Al melancólico el tiempo se le manifiesta como suspensión del transcurrir -en verdad, hay un transcurrir, pero su lentitud evoca el crecimiento de las uñas de los muertos- que precede y continúa a la violencia fatalmente efímera. Entre dos silencios o dos muertes, la prodigiosa y fugaz velocidad, revestida de variadas formas que van de la inocente ebriedad a las perversiones sexuales y aun al crimen. Y pienso en Erzsébet Báthory y en sus noches cuyo ritmo medían los gritos de las adolescentes. El libro que comento en estas notas lleva un retrato de la condesa: la sombría y hermosa dama se parece a la alegoría de la melancolía que muestran los viejos grabados. Quiero recordar, además, que en su época una melancólica significaba una poseída por el demonio.

martes, 1 de diciembre de 2009

Declaración


José Bustos B.


Has sido tan generosa conmigo
Que te desollaría viva ...

lunes, 30 de noviembre de 2009

El viajero de sì mismo


Pablo de Rokha

Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado,
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.

Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.

Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.

Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.

martes, 10 de noviembre de 2009

Amantes


José Bustos B.

Algo se activa como un motor fuera de borda. La puerta se cierra y la pasión entra en un ámbito de descontrol apetecido y misterioso. Rápidamente se recorren el cuerpo auscultándose ansiosamente. No se dicen nada. ¿Para qué?. Algunos minutos y la misma pasión desenfrenada desemboca en algún mar de sensaciones. Luego la ropa despojada volverá a su sitio. Beberán algo. La puerta se abrirá. Se besarán. Adiós.

viernes, 31 de julio de 2009

Animita

José Bustos B.




A Luchito Lara lo molestaban sus amigos de correrías porque decían que su nombre era parecido al del popular cantante y animador de televisión. Sin embargo Luchito Lara no animaba ni cantaba, Luchito Lara tomaba y tomaba tanto que un día de invierno después de una larga farra y luego de haberse tomado hasta lo que no tenía, Luchito se sentó a la orilla de un camino y se durmió, se durmió tanto que no hubo quien pudiera despertarlo.


Hoy una animita recuerda a Luchito, y en su memoria muchos caminantes depositan botellitas de licor que desaparecen misteriosamente cada cierto tiempo. Algunos aseguran que Luchito Lara no ha muerto.

miércoles, 29 de julio de 2009

Cosas de Rockeros


José Bustos B.


Coléricos y dispuestos a disfrutar estaban los rockeros, ataviados de poleras negras con símbolos alusivos a las bandas más emblemáticas del género; chaquetas de cuero decoradas con tachas de metal, bototos o zapatillas de marca.

Las melenas reinaban entre el humo alucinógeno y sólo interrumpía el silencio expectante alguna lata de cerveza que dibujaba volando algún trazo en medio de la niebla de tabaco y marihuana.


Con varios minutos de retraso repentinamente se apagan las luces, encendiéndose los focos que señalan el escenario con destellos de color.

Los músicos tomando sus puestos, ejecutan sus instrumentos emitiendo los acordes de "The Trooper" tema emblemático de la banda británica Iron Maiden. En seguida aparece el vocalista con voz desgarrada y ademanes de guerrero medieval.

"You'll take my life but I'll take yours too ...You'll fire your musket but... I'll run you through...So when you're waiting for the next attack..." interpreta en perfecto inglés el hiperventilado rockero, desplazándose con velocidad por el reducido escenario. Tan excitado estaba que decidido a hacer gala de agilidad da un salto sobre uno de los parlantes de retorno enredándose -sin darse cuenta- en el cable de su micrófono, cayendo estrepitosamente mientras el resto de los músicos continúa tocando sin inmutarse. Así el sucedáneo de Bruce Dickinson yace inconsciente a un costado del escenario.

Al percatarse de la suerte del infortunado imitador, los músicos detienen su frenética presentación, al tiempo que concurren al escenario algunos tipos llevando una camilla. Alarmados suben al cantante y desaparecen cubiertos por el telón de fondo.

La audiencia permanecía atónita siguiendo cada detalle del accidente, escuchándose de vez en cuando alguna exclamación de asombro y espanto.

De esta manera accidentada la presentación se suspende y los metaleros abandonan lentamente el lugar, reclamando el dinero de la entrada.


De la suerte del infeliz rockero poco supimos en ese momento. Al tiempo nos llegó el comentario de que el porrazo había sido serio, tan serio que se había roto el cuello en dos partes.

sábado, 11 de julio de 2009

Sueño


Alejandra Pizarnik

Estallará la isla del recuerdo. La vida será sólo un acto de candor. Prisión para los días sin retorno. Mañana los monstruos del buque destruirán la playa sobre el viento del misterio. Mañana la carta desconocida encontrará las manos del alma.

martes, 19 de mayo de 2009

Tengo un amigo "angustiao"

José Bustos B.
Continúo con la sección "Tengo un amigo..." (la nota anterior fue publicada el 16 de febrero de 2008) que en realidad no sé si ha tenido el éxito necesario, pero como no trabajo por "rating" me da lo mismo.
Es conocido por todos que la locomoción colectiva de Santiago de un tiempo a esta parte ha cambiado radicalmente. Todo a sido un drama que a puesto a prueba la paciencia de los santiaguinos. Nosotros los habitantes de la ciudad del "nuevo extremo", "como ovejas sin pastor" hemos aguantado estoica y cabalmente casi sin chistar, "sin decir ni pío".
Tener que esperar largas horas en paraderos, en lo personal, me ha traído más de alguna aventura. Por lo general siempre tomo micro en el mismo paradero y me entretengo repasando los "grandes eventos" de mi existencia con un buen heladito de agua con sabor a piña.
En un de esos días, que por no revestirse de ninguna particularidad parece igual al anterior y el anterior al anterior, es que se inició esta aventura que alcanzaría -con el tiempo- ribetes de "thriller psicológico" (un poco de exageración no es malo).
Una mañana de verano mientras esperaba la locomoción, se me acercó un tipo muy amable para preguntarme por el número de una micro, yo distraído me puse a entregar los datos correspondientes, luego me pidió si podía ayudarlo con algunas monedas ya que se había quedado sin plata para cargar su tarjeta BiP!. Me eché las manos al bolsillo y le dí cien pesos. El tipo me miró agradecido y se alejo despreocupadamente por la avenida. Ahí fue que comprendí -inocentemente- que aquel sujeto había apelado a mi generosidad para alimentar quizás que vicio o lacra social.
Desde ese día el tipo no dejó de esperarme en el paradero. Cuando me veía llegar, se aproximaba solapadamente pare pedirme algunas monedas. A decir verdad no siempre me pedía dinero, algunas veces ante una respuesta negativa, me respondía: -ya tío no se preocupe- y se iba mansamente. En otras oportunidades conversamos algunas cosas; detalles de su vida que lo habían llevado a la situación de maginalidad en la que se encontraba.
Hijo único de una familia modesta "mi amigo" fue revelándome detalles de su vida; como cuando abandonó su familia a los quince años, cuando y quién le ofreció el primer pito de pasta base y algunos episodios en que había estado preso. Esa era su vida lejos de cualquier expectativa, alejado de todas las redes de asistencia social. Así me fui haciendo amigo de este personaje, que me parecía inofensivo y una víctima de la injusticia social.
Una mañana de esas consabidas como iguales a otras, temprano esperaba la micro, la soledad de la avenida sólo se interrumpía por el sonido del viento en los árboles que anunciaban la llegada del otoño. La micro particularmente se demoró más ese día. No había problema ni apuro. Pasaron algunos minutos cuando veo venir a mi amigo adicto y lo saludo cordialmente. El extrañamente arisco sólo hace un movimiento de cabeza y me pide una moneda. Yo se la aproximo y él acerca la mano tembloroso. Le pregunto si tiene algún problema y me responde con una negativa cortante.
Yo a esas alturas comienzo a impacientarme y a mirar repetidas veces en dirección donde se supone vendría la micro. Nada ni nadie. En eso, quién hasta ese momento decía ser "mi amigo" decide hacerme la desconocida sacando de entre sus ropas un cuchillo y comienza a amenazarme. Yo trato de apelar a la "amistad" como último recurso pero ya nada podría evitar lo inevitable.
"Mi amigo" al que tantas veces le salvé el día con algunas monedas para su vicio, se dispuso a despojarme de las pocas cosas de valor que llevaba. Sorprendido le pido que me devuelva el carné de identidad y algunos papeles. El me mira comprendiendo el nivel de la traición y me extiende los documentos. Luego me dice: -mañana me voy con algunos cabros de la población al norte, quería despedirme bien, pero ando "angustiao"- Así terminó de hablar y se fue perdiéndose entre unos blocks de departamentos. Desde ese día no lo volví a ver.

sábado, 9 de mayo de 2009

Cuando la Violeta se despidió

José Bustos B.

(a Violeta Parra)


Ese día caminó lentamente mirando la cordillera
fue acariciando todos los árboles que encontró a su paso
se acordó de sus hijos
los abrazó en el pensamiento
pellizcó la primera cuerda de su guitarra
y aquella nota se fue vibrando en el vuelo de unos pájaros
luego sacó su pañuelo
lo enarboló hacia el cielo
y al decir "adiós" el sonido de su voz se quebró en pedazos.

jueves, 30 de abril de 2009

La Antena



José Bustos B.

Desde que instalaron La Antena en la casa de la esquina han desaparecido tres personas.

jueves, 16 de abril de 2009

¿Quién soy yo?

José Bustos B.

Ensayo sobre un ensayo (una lata).

La pregunta anterior es de difícil respuesta, debido a que los aspectos que devienen en la identidad de cada persona son originados en diferentes ámbitos y pueden ser ordenados de acuerdo a diversas clasificaciones.
Desde una una perspectiva psicológica, existen muchos aspectos que forman parte del "ser" que tampoco pueden ni llegarán a descubrirse nunca: hablo del "insconciente personal" del cual cada uno es portador y que guarda antecedentes de nuestra personalidad que desconocemos.
Desde el ámbito cultural cada ser humano es heredero de variadas matrices que irán determinando comportamientos, costumbres, lenguaje, cosmovisiones, etc. Este aspecto cultural se hace -a mí entender- más complejo de captar y determinar en pueblos que podríamos denominar "jóvenes"; un ejemplo de esto es la que llamamos "cultura latinoamericana".
Por hacer referencia a otro aspecto que hace difícil responder a la pregunta inicial; filosóficamente no podríamos determinar un punto exacto en que un hombre o una mujer "es", ya que el ser humano es un "ente" sometido a permanentes cambios y permanente movimiento, tanto "biológica" como "espiritualmente". De tal manera que aquel que en un momento histórico podríamos decir que "es", en otro momento podemos decir que es totalmente "otro". De esta manera lo que determina identitariamente al hombre o a una mujer es ser siempre y plenamente "otro".
Creo que los puntos anteriores dan cuenta -en parte- de las múltiples dificultades a las que debemos someternos para responder a una pregunta tan compleja, a la cual estoy personalmente también expuesto.
Sin embargo, y con todo lo anteriormente expuesto, creo que podría responder someramente más que a la pregunta "¿Quién soy yo?" a la interrogante "¿Quién creo yo que soy?". Siempre -de todas maneras- muy superficialmente y fundado en mis recuerdos e historia personal.
Aquí voy. Soy nacido en Santiago, aunque por el origen de mis padres y antepasados siempre he considerado que en mí están idealmente encarnadas las vivencias rurales de mis antepasados sumadas a una matriz cultural indígena (mapuche).
Mi educación la recibí en varias escuelas públicas de regular a buena calidad. Fuera de los aprendizajes recibidos de mis amigos y compañeros de escuela.
Otro factor importante para determinar lo que "soy" es la formación cristiana que recibí desde mi adolescencia, lo que me ha llevado a profundizar mucho en el "ser cristiano" y sus implicancias. La misma formación recibí de manera sistemática en la universidad, en la Orden de Predicadores y en múltiples comunidades cristianas de base (CEB' s) de las que he formado parte hasta el día de hoy.
De tal manera que si hay algo de mi persona que puedo afirmar con certeza es que principalmente "soy cristiano" y he tratado -no sin dificultades- de ser coherente con esos principios y desafíos. Aunque siendo bien sincero esto, en último caso, también es un enorme misterio.

domingo, 22 de marzo de 2009

A mi amigo Rufus

José Bustos B.


Desde muy temprano, cuando recién el silencio comienza a romperse aparece Rufus reclamando su desayuno como si nunca hubiera comido. Al verme sus maullidos se hacen sentir con más ganas, acercándose rápidamente para restregar su pelaje en mis pantalones.


Me han contado que los gatos son animales "videntes" lo que significa que pueden ver cosas que las personas y otros animales no tienen la capacidad de percibir.


Tal vez sea cierto, porque he visto que por las noches los ojos del Rufus se iluminan con un verde fosforecente dándole un aspecto fantasmal que resulta inquietante para quien no conoce la pacibidad real de su carácter.


También, hace un tiempo leí en alguna revista que los gatos en la época del antiguo Egipto eran venerados como dioses; algo tienen los felinos en su caminar pausado y elegante de pequeños monarcas o de seres iluminados por alguna estrella que les otorga un aúra divina.


Rufus, mi gato, tiene todas las características antes mencionadas y otras de las cuales hablaré en otro "homenaje" pronto a publicarse.

viernes, 27 de febrero de 2009

El Mal


Arthur Rimbaud

Mientras los escupitajos rojos de la metralla
silban todo el día en el infinito del cielo azul;
mientras escarlatas o verdes, junto al rey burlón
se desploman en masa los batallones bajo el fuego;

mientras una espantosa locura machaca
y hace de cien millares de hombres una pila humeante
-¡pobres muertos!, en el verano, en la yerba, en tu alegría,
¡oh Naturaleza!, tu que hiciste a estos hombres santamente-,
hay un Dios que se ríe de las telas adamascadas
de los altares, del incienso, de los grandes cálices de oro;
un Dios que con el balanceo de los hosannas se duerme

y sólo se despierta cuando algunas madres, recogidas
en su angustia y llorando bajo su vieja toca negra,
le dan una perra gorda liada en su pañuelo.

sábado, 14 de febrero de 2009

La preeminencia del amor

(1Co. 13)


Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.


Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.


Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.


El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.


El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.


Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.


Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara.


Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.

sábado, 7 de febrero de 2009

Todos en guerra contra Gaia


Leonardo Boff


El cataclismo económico-financiero, fruto de avidez y de mentiras, esconde un vía crucis de sufrimiento para millones de personas que perdieron sus economías, sus casas y sus puestos de trabajo. ¿Quién habla de ellos? Los verdaderos culpables se reúnen más para salvaguardar o corregir el sistema que les garantiza hegemonía sobre los demás actores que para encontrar caminos con características de racionalidad, cooperación y compasión hacia las víctimas y con toda la humanidad.


Esta crisis evidencia otras crisis que, cual espadas de Damocles, penden sobre la cabeza de todos: la climática, la energética, la alimentaria y otras más. Todas ellas remiten a la crisis del paradigma dominante. La situación de caos generalizado suscita preguntas metafísicas sobre el sentido del ser humano en el conjunto de los seres en evolución. En este momento callan los posmodernos con su every thing goes. Quieran ellos o no, hay cosas que tienen que valer, hay sentidos que deben ser preservados, en caso contrario nos hundimos en el mas burdo cinismo, expresión de profundo desprecio por la vida.


Ya hace tiempo que pensadores como Teilhard de Chardin o René Girard notaron cierto exceso de maldad en el camino de la evolución consciente. Cito un pensamiento de Girard, estudioso de la violencia, cuando estuvo entre nosotros en 1990 dialogando con teólogos de la liberación: «Todo parece probar que las fuerzas generadoras de la violencia en este mundo, por razones misteriosas que intento comprender, a cierto nivel son más poderosas que la armonía y la unidad. Este es el aspecto siempre presente del pecado original, en cuanto que, más allá de cualquier concepción mítica, representa un nombre para la violencia en la historia». No hay por qué rechazar este sombrío veredicto. Solamente el pensamiento de la esperanza contra toda esperanza, de la compasión y de la utopía nos ofrece un poco de luz.


Incluso hay que convivir con la sombra de que somos seres con una inmensa capacidad de autodestrucción, hasta el último hombre. Hace años una investigación alemana sobre las guerras en la historia de la humanidad, citada por Michel Serres en su último libro Guerre mondiale (2008), llegaba a los siguientes datos: desde tres mil años antes de nuestra era hasta el momento presente habrían sido asesinados trescientos mil ochocientos millones de seres humanos, muchos de ellos en guerras de exterminio total. Sólo en el siglo XX fueron muertas doscientos millones de personas. ¿Cómo no cuestionarse, honestamente, sobre la naturaleza de este ser complejo, contradictorio, ángel bueno y Satán de la Tierra que es el ser humano?


Hoy vivimos una situación absolutamente inédita. Es la guerra colectiva contra Gaia. Hasta la introducción de la guerra total por Hitler (totaler Krieg), las guerras tenían su ritual: eran entre ejércitos. Después pasaron a ser entre naciones y entre pueblos: era la guerra de todos contra todos. Hoy se ha radicalizado: es la guerra de todos contra el mundo, contra el planeta Gaia (bellum omnium contra Terram). Eso es lo que está implicado en nuestro paradigma civilizacional que se ha propuesto explotar y obtener, con violencia tecnológica, la totalidad de los recursos del planeta Tierra. En efecto, atacamos la Tierra en todos sus frentes, en los suelos, en los subsuelos, en los aires, en las selvas, en las aguas, en los océanos, en el espacio exterior. ¿Cuál es el rincón de la Tierra que no está siendo objeto de dominación y de conquista por el ser humano? Por todas partes hay heridas de nuestra madre Tierra, que sufre y gime en los terremotos, los tsunamis, los ciclones, las crecidas devastadoras del Estado de Santa Catarina y las sequías pavorosas del Nordeste. Son señales que nos está enviando. Cabe interpretarlas y cambiar nuestra conducta. Esta guerra no la ganaremos nosotros. Gaia es paciente y con una inmensa capacidad de aguante. Como ha hecho con tantas otras especies en el pasado, ojala no decida librarse de la nuestra en las próximas generaciones.


No nos basta el sueño del filósofo Kant de la paz perpetua entre todos los pueblos. Necesitamos con urgencia hacer un pacto de paz perenne de todos con la Tierra. Ya la hemos atormentado demasiado. Hay que curarle las heridas y cuidar de su salud. Sólo entonces Tierra y Humanidad tendremos un destino mínimamente garantizado.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Sin título

José Bustos B.

Ampulosos fantasmas
agrios bríos emergentes
lanza afilada rompiendo
el velo de la sombra.

El ansia viene como una manada
se deposita en mi pecho
y entierra con rabia
su estaca.

¿Por qué será que las palabras
resbalan en lo inasible?

La pasión es un pétalo
rasgado por una ráfaga fría.

Cuando se triza esa copa eterna
el vino se derrama
entre las rendijas del hastío.

jueves, 29 de enero de 2009

Un mito para tus ojos

José Bustos B.

Desde el principio han existido los creadores de todo lo que hay en el cielo y el la tierra. Ellos también eran los encargados de crear a cada hombre y mujer. Así era desde el principio y así es hasta hoy.

Ellos eran el Sol, la Luna y la Tierra. Cada vez que creaban algún hombre o una mujer querían resaltar alguna característica particular de su cuerpo. Ellos decían:

-Hagamos a este niño- y al mismo tiempo se preguntaban:
-¿Pero que particularidad daremos para él?-.

Es por eso que las personas son diferentes entre sí, debido a que nuestros creadores se preocupaban de cada hombre y mujer de manera especial, y de colocar en cada cuerpo humano alguna señal de divinidad.

Cierta vez, los creadores de todo lo que existe en el cielo y en la tierra, habían creado un cuerpo para dar vida a una niña. Los tres comenzaron a discutir sobre cual sería la característica que darían para ella. El Sol comenzó con las propuestas:

- Deberíamos resaltar en ella los cabellos para que sean reflejo de mi identidad de Sol-.

La Luna que era menos egocéntrica propuso:

- Pienso que deberíamos destacar en ella la cara, para sea clara, una luz en este mundo muchas veces en tinieblas-.

La Tierra influenciada por los árboles propuso que se destacaran los brazos y las manos:

- Que sean suaves y delgadas- dijo.

Así discutían los creadores de todo lo que existe en el cielo y en la tierra, sin preocuparse del tiempo, ya que para ellos no existen esas medidas.

La Tierra que guardaba en su interior diversos minerales y piedras preciosas, decidió presentar a sus compañeros dos cristales que había reservado para alguna ocasión especial. Mostrándolos a Sol y la Luna dijo:

- He conservado por largo tiempo estos cristales en mis entrañas y me gustaría usarlos para resaltar los ojos de esta niña-.

El Sol y la Luna quedaron conmovidos por aquel acto de generosidad y aceptaron:

- Está bien- dijeron – Pero creemos que todavía esos hermosos cristales necesitan algunos ajustes-.

La Luna fue la primera que quiso contribuir y dijo:

- Tengo unas colaboradoras que se llaman estrellas, y cuando les doy una orden ella obedecen inmediatamente.

Entonces, la Luna escogió a dos de sus estrellas más brillantes y las mandó para que se quedasen en el centro de cada uno de los cristales. Así las estrellas se convirtieron en dos luminosas pupilas.

El Sol que contemplaba desde lejos estos acontecimientos, quiso hacer también un aporte:

- Me gusta como están quedando esos ojos- aprobó – Pero creo que necesitan un brillo más especial todavía-.

El Sol que era el más luminoso de los astros, envió algunos rayos a posarse y permanecer sobre los ojos que entre los tres habían creado.

Los creadores de todo lo que hay en el cielo y en la tierra, estaban muy satisfechos con su trabajo y comenzaron a alborotarse y hacer fiesta. Ese día el Sol salió varias veces y la Luna comenzó a danzar a su alrededor provocando varios eclipses. La Tierra por su parte se vistió con las plantas y los árboles más exóticos que encontró, y queriendo danzar como la Luna provocó varios terremotos que asustaron mucho a los hombres y mujeres que habitan en ella. Es por eso que cada vez que la Tierra está animada se producen esos fuertes temblores. Eso sucede hasta hoy.

Así es como fueron creados tus ojos. En una confabulación entre el Sol, la Luna y la Tierra. La misma que me fue relatando lentamente esta historia.